martes, 24 de mayo de 2011

MARIA CALLAS, LA "DIVINA"

La Divina
De entre los muchos y buenos cantantes que enseñorearon el panorama lírico del pasado siglo, destaca con fulgurante luz propia, María Callas, “la divina”. Era una “soprano dramática de agilidad”, una categoría que no abunda demasiado. Pero también abordaba el repertorio lírico o el lírico-ligero de coloratura.

Por ello, muchos críticos la definían como “soprano múltiple” o “soprano absoluto”. Esta particular tesitura, unida a unas dotes dramáticas, dignas de una consumada actriz, hicieron de ella una personalidad única y casi irrepetible. Tuvo una carrera profesional, bastante corta, pero brillantísima.

Callas y Onassis
Se la considera la cantante de ópera más eminente de la segunda mitad del siglo XX. La llamaron “La Divina”, el mismo título que se dio a Claudia Muzio (1889/1936), otra cantante célebre. Su nombre está asociado en la memoria colectiva a Aristóteles Onassis, el gran amor de su vida. Este escrito es para que todos podamos recordarla

Anna María Kaikilía Sofía Kalogeropoúlou (1923/1977), conocida como Maria Callas, fue una soprano estadounidense, nacida en el barrio de Brooklyn (Nueva York). Era hija de Evangelia y George,  una pareja de emigrantes griegos que llegaron a Estados Unidos en agosto de 1923, asentando su domicilio en aquella ciudad.

Una joven Callas
En 1929 George, que era farmacéutico, abrió un negocio familiar en un barrio griego de Manhattan y por la complejidad de su apellido, lo cambió por Callas. Sus padres se separaron en 1937 y María, junto a su madre y su hermana, se fueron a residir en Atenas, adoptando, de nuevo, su apellido original. Estudió en el Conservatorio Nacional de dicha capital. Falseó su edad, a la hora de inscribirse, pues aún no tenía los dieciséis años requeridos.

Sus profesoras fueron, la soprano Maria Trivella, y, la española, Elvira de Hidalgo, que la formó en la tradición del belcanto italiano. Debutó en el Teatro Lírico Nacional de Atenas, con el papel de Santuzza, en la ópera “Cavalleria rusticana” de Mascagni. Fue en 1938 y tenía, por tanto, quince años. La relación entre María y su madre era difícil. La madre la presionaba con sus clases, solicitando a los profesores que le informasen de todos sus avances.

Comparaba a María con su otra hija, calificándola de “gorda” y poco agraciada. Según ella, sólo tenía méritos por su atractiva voz. Años después, la propia María confesaría a la prensa que su madre la apoyó solamente para tener algún sustento económico. Nunca se había sentido querida por su progenitora.

Callas en Madama Butterfly
No fueron muchos sus éxitos hasta que la quiso escuchar Edward Johnson, el director general del Metropolitan Opera House, quien le ofreció inmediatamente los principales papeles en dos producciones de las temporadas de 1946-1947: “Fidelio” de Ludwig van Beethoven, y “Madama Butterfly” de Giacomo Puccini. Para sorpresa del empresario, María rechazó los papeles: no quería cantar “Fidelio” en inglés, y consideraba que “Butterfly” no era el mejor para su debut en América.

Tullio Serafin
El comienzo italiano de su meteórica carrera, ocurrió en 1947, bajo la batuta de Tullio Serafin. María conoció en Nueva York al tenor italiano Giovanni Zenatello, director de la Arena de Verona. La contrató para cantar “La Gioconda” de Ponchielli en ese anfiteatro. Amparada por el citado director de orquesta, consiguió un rotundo éxito, pero no se reflejó inmediatamente en nuevos contratos.

Al viajar a Italia para cumplir ese compromiso, conoció a su primer esposo. Era un acaudalado industrial de la construcción, llamado Giovanni Battista Meneghini (1896/1981), treinta años mayor que ella. Resultó decisivo en la gestión de la incipiente carrera de la soprano.

Encontró trabajo en 1946, pero continuó recibiendo clases y practicando duramente para perfeccionar su técnica. Aceptó cantar “Turandot” en Chicago en enero de 1947 con un reparto de célebres cantantes europeos, de una compañía creada por un empresario italiano. En su profesión, se caracterizó por ser muy versátil, incluso en los inicios de su carrera. Como ejemplo, sirva lo ocurrido en Venecia, ese mismo año de 1947. Estaba representando la “Isolda” de “Tristan e Isolda”, y como se puso enferma Margherita Carosio, abordó asimismo el papel de “Elvira” de “I Puritani”. Fue toda una revelación que consolidó definitivamente su carrera. Asesorada por Serafín, se concentró en óperas italianas y algunas francesas.

Maria Callas y Meneghini
En 1949, se casó con Meneghini y cambió su nombre a Maria Meneghini Callas. Ese mismo año, hace su debut americano en el Teatro Colón de Buenos Aires como “Turandot”, “Aída” y “Norma”,  dirigidas por su incondicional, Tullio Serafin secundada por Mario del Mónaco, Fedora Barbieri y Nicola Rossi-Lemeni. En 1951, se presento, por primera vez, en el Teatro alla Scala de Milán, con “Aida”. Sus apariciones en Londres (1952) y Chicago (1954), las reservó para la “Norma”.
Su premier en el Metropolitan Opera House, de Nueva York, la hizo el 28 de Octubre de 1954, cantando “Norma”. La revista “The New York Times Magazine”, había entrevistado a su madre. En el artículo que publicaron, se  proyectaba una imagen de María, como una hija desagradecida. Por eso, el público reaccionó fríamente. Pero, hacia el final del último acto, los espectadores,  conmovidos, llamaron dieciséis veces a escena a la Callas, después de bajado el telón.

María Callas en Medea
Mujer alta y muy corpulenta, en esa época decidió bajar de peso para “hacer justicia a Medea”, papel que interpretaría en La Scala dirigida por Leonard Bernstein. Pero se dice, que la decisión de adelgazar, se debió a que, en 1954, un diario hizo hincapié en su figura, calificándola de obesa. Comprendió entonces que su vida no debía ser solo cantar, sino que también importaba la presencia física. Eso fue el motor de su cambio.

En poco tiempo, bajó más de treinta y seis kilos. Modificó su porte y hasta su mirada. De ahí en adelante, se convirtió en una de las mujeres más elegantes del mundo. Cuando reapareció como Violeta,  en la mítica puesta en escena de Luchino Visconti,  no la reconoció ni el director orquestal, Carlo Maria Giulini. Era “otra mujer”. Visconti había hallado la cantante-actriz ideal para sus cinematográficas escenificaciones

María Callas en Norma
María provocó titulares por un escándalo. Fue en una representación de “Norma”,  en la Ópera de Roma, el 2 de enero de 1958, en honor del Presidente de Italia, Giovanni Gronchi, y su esposa. María había contraído un resfriado y se informó al teatro de que se la debía sustituir. Pero La Scala se negó. Callas, contra las órdenes de los médicos, salió a escena. Pero tuvo claro desde la primera nota que su voz estaba en malas condiciones.

Al final del primer acto, media audiencia no se mostraba satisfecha. María huyó rápidamente por una puerta trasera, y anunció que lo había hecho porque no estaba a la altura del público milanés. Los espectadores se enfurecieron porque el teatro no la sustituyó. Estaban rabiosos. María fue excusada: recibió la llamada de la Señora Gronchi, quien le aseguró que ni ella ni su marido, se habían ofendido. Aunque con el mismo final, hay otra versión que debió circular por los periódicos. Maria, había festejado el año nuevo, bebiendo champagne hasta muy tarde, en un famoso club nocturno.
Caricatura

De voz atractiva, todos se rendían cuando la proyectaba desde un escenario,  cantando en conciertos o personificando alguno de sus personajes. Cada rincón de la sala vibraba con su potente y particular textura, con su timbre característico, muy personal. A esto unía, una formidable técnica, que daba flexibilidad a su caudalosa voz. Pero no fue solo una gran soprano, con dotes vocales inusuales, sino también una actriz con gran talento dramático, particular belleza y un magnetismo escénico indudable, con el que supo encarnar sus personajes de un modo único.

Su tipología vocal, muy peculiar, y difícil de clasificar, tanto por su particular timbre de voz (que no era bello según los cánones establecidos), como por sus agudos, a veces estridentes, y sus graves, en voz de pecho. Su capacidad de registro, en extensión, era excepcional, con más intensidad que volumen.
Otra soprano sfogato
Leontyne Price

Poseía una personalidad avasalladora, dispuesta a dominar todos los obstáculos, con tenacidad, talento y voluntad férrea, y una carga interpretativa de rasgos geniales. Tenía una sorprendente capacidad de matizar, lo que ha llevado a algunos críticos a considerarla como soprano “sfogato”, una voz capaz de alternar, con gran agilidad,  entre registros agudos de soprano, y las notas graves que produciría una contralto.

Caricatura
El mayor don de la Callas, residía en su innata musicalidad, que le permitía internarse en el universo personal de cada compositor. No importaban los defectos vocales, en los que a veces incurría, pues supo hacer de su necesidad, virtud. Sus estudios le permitieron abordar papeles muy diferentes. Y resucitar la tradición del belcanto romántico italiano, a través de la exhumación de óperas olvidadas.

Aristóteles Onassis
Recibió el aplauso unánime de crítica y público, que conservó, a través de los años, por sus brillantes actuaciones, tanto en América, como en Europa. Este esfuerzo y su sensible pérdida de peso, aceleraron el deterioro de su voz. También se hizo universalmente famosa por sus excentricidades, ciertas anomalías en su vida privada y sus exageradas pretensiones. El fenómeno Callas no duró mucho, pero su irrupción en el mundo de la lírica, dejó una marca imborrable y visionaria.

Símbolo del teatro griego
El 3 de noviembre de 1959, dejó a su marido por el magnate naviero griego Aristóteles Onassis, un idilio que la prensa de la época difundió exhaustivamente. Esta tortuosa relación sentimental se convertiría en una “tragedia griega”.

Se esperaba que la pareja se casase, pero finalmente, el 20 de octubre de 1968, Onassis abandonó abruptamente a Callas para casarse con , la viuda del presidente norteamericano, John Fitzgerald Kennedy, asesinado en Dallas. María, herida en lo más profundo de su orgullo, nunca pudo superar el mal trance por el abandono y jamás se lo perdonó, a pesar de que él, más tarde, la buscó repetidas veces cuando su matrimonio con la viuda americana, se había convertido en un martirio.

Jacqueline Kennedy
Durante los años sesenta, se fue retirando gradualmente del escenario e hizo su despedida en 1965, con el papel de “Tosca”, en el Covent Garden de Londres. En junio de 1969, empezó a trabajar en el film Medea, de Pier Paolo Pasolini. En el estreno, tuvo una acogida muy fría. El 25 de mayo de 1970 acudió de urgencias al hospital. Había querido suicidarse con una sobredosis de barbitúricos. Por aquel tiempo tomaba somníferos para dormir, y barbitúricos para encontrar paz. En 1971-72 intentó dedicarse a la dirección escénica con “Las vísperas sicilianas”, que no alcanzó éxito.

Entre 1971/1972, impartió una serie de legendarias clases magistrales, en la Juilliard School de Nueva York, ya con un precario estado de voz. En 1973/1974, hizo una gira, nada exitosa, junto a su antiguo colega, Giuseppe di Stefano. Fijó su residencia definitiva en París, en la más completa soledad. Allí vivió hasta su muerte. Ocupaba un apartamento de la Avenue Georges Mandel, treinta y seis, cerca del Arco de Triunfo. Esta etapa sería recreada en la película “Callas Forever”, dirigida por su amigo Franco Zeffirelli.

María Callas en la rescatado
ópera de Donizetti
Maria Callas falleció en Paris, el año 1977, a los 53 años de edad. Tras tomar un baño, pidió a su sirvienta una naranjada, la bebió y se desplomó, inconsciente, en el piso. Así fue su adiós a la vida. Afortunadamente, nos dejó grabaciones, muy estimadas, de algunos de sus recitales, y óperas completas. Permanecen como testimonio de su genialidad artística. Parte de su fama, no obedeció sólo a razones artísticas. Su vida privada y su relación con Aristóteles Onassis, hicieron que ocupara portadas de la prensa rosa, cuando su carrera estaba prácticamente terminada.

Trataremos a continuación de comentar su amplio repertorio, el cual se detalla en el cuadro que sigue. Son treinta y ocho las óperas de las que he podido obtener datos. Pero existen otras nueve que no he conseguido desglosar. Por tanto, el total de las obras que escenificó son cuarenta y siete, con otros tantos personajes diferentes:

REPERTORIO de MARIA CALLAS y
NÚMERO de VECES QUE LO INTERPRETÓ
Rank
PERSONAJE
ÓPERA
AUTOR
Nº. veces
1
Norma
Norma
Bellini
89
2
Violeta
La Traviata
Verdi
63
3
Tosca
Tosca
Puccini
51
4
Lucia
Lucia di Lammermoor
Donizetti
46
5
Aida
Aida
Verdi
33
6
Medea
Medea
Cherubini
31
7
Turandot
Turandot
Puccini
24
8
 Amina
La Sonnambula
Bellini
22
9
Leonore
Il Trovatore
Verdi
20
10
Elvira
I Puritani
Bellini
16
11
Gioconda
La Gioconda
Ponchielli
13
12
Santuzza
Cavalleria Rusticana
Mascagni
13
13
Anna
Anna Bolena
Donizetti
12
14
Isolda
Tristan e Isolda
Wagner
12
15
Elena
Las Vísperas Sicilianas
Verdi
11
16
Leonora
Fidelio
Beethoven
11
17
Costanze
El rapto del serrallo
Mozart
4
18
Margherita
Mefistofeles
Boito
3
19
Euridice
L’anima del filosofo
Haydn
2
20
Angelica
Suor Angelica
Puccini
1
21
Imogene
Il Pirata
Bellini
< 10
22
Paolina
Poliuto
Donizetti
< 10
23
Maddalena
Andrea Chenier
Giordano
< 10
24
Fedora
Fedora
Giordano
<10
25
Alceste
Alceste
Gluck
< 10
26
Ifigenia
Ifigenia en Tauride
Gluck
< 10
27
Cio-Cio-San
Madama Butterfly
Puccini
<1o
28
Armida
Armida
Rossini
< 10
29
Rosina
Il Barbiere di Siviglia
Rossini
< 10
30
Fiorilla
Il turco in Italia
Rossini
< 10
31
Giulia
La Vestale
Spontini
< 10
32
Elisabetta
Don Carlo
Verdi
< 10
33
Leonora
La Forza deldestino
Verdi
< 10
34
Lady
Macbeth
Verdi
< 10
35
Abigaile
Nabucco
Verdi
<10
36
Gilda
Rigoletto
Verdi
< 10
37
Amelia
Un ballo in maschera
Verdi
< 10
38
Brunilda
La Valquiria
Wagner
< 10
9
Resto Personajes (sin datos)
47
TOTAL de PERSONAJES
CANTADOS por MARIA CALLAS
En la última columna se hace referencia al número de veces que, en su vida artística, interpretó cada papel. Destaca la barbaridad de ocasiones en las que escenificó “Norma”. No es de extrañar que fuera su ópera identificativa.

Si las representaciones, las agrupamos por autores, hay un empate técnico entre Bellini (127 funciones) y Verdi (otras 127), quedando a mucha distancias los demás. El siguiente en el ranking, es Puccini y alcanza 76 escenificaciones.
La Tosca de Callas

Se señalan en el cuadro, en color amarillo, a las óperas “renacidas” por Callas. Son diez títulos que “resucitó”, destacando de las demás, la “Anna Bolena” y la “Medea”.

Como se ha visto, tenía un repertorio muy diversificado, que abarcaba desde la ópera clásica, hasta las óperas verdianas, puccinianas, veristas e incluso wagnerianas, sin olvidarnos, por supuesto, de Rossini, Bellini y Donizetti, encuadrados en el belcantismo. Muchos de estos papeles, los repitió en las mayores casas de grabación de todo el mundo. Sus ediciones, alcanzaron un nivel que recordaba los días de Caruso.

Norma y Pollione
Norma”, interpretada por Callas, es, sin duda alguna, la más importante de todo el siglo XX. Constituye el punto de referencia del papel para otras cantantes que quiera representarlo en tiempos recientes. En las grabaciones que nos ha legado, nos siguen cautivando, por la atención que da a cada nota, por el matiz y por la seguridad de ese mágico registro agudo, que llegó a deteriorarse, después,  mucho. Aparte de sus cualidades canoras, Callas supo interpretar la naturaleza de una persona que ama y que sufre, armonizando de un modo impresionante la apariencia externa, y el interior del ser humano.

Callas en Violetta Valery
La Traviata”, es el segundo rol mítico de Callas, después de “Norma”. María Callas, conocía muy bien a “Violeta”. La gran artista se sentía atraída por personajes marcados por la tristeza. Quizás esta cantante, que tanto se entregaba a su arte, tenía motivos personales para conocer bien al personaje.

La Tosca de Callas
Tosca”, es otro título, mítico, de ”La divina”. La interpretación de esta obra,  en el Covent Garden, continúa siendo insuperada. De su actuación, en este teatro, se conserva una grabación en vídeo. Lograron una producción, cuidada hasta en los más mínimos gestos e imágenes, que, sin embargo, parece, a la vez, espontánea e irresistible.

La princesa de hielo de Callas
Turandot”, es un dificilísimo papel. En la “princesa de hielo”, uno de los más difíciles del repertorio, ha destacado también Callas. Pero no sólo ella. Ha habido otras que lo han acometido con éxito: las legendarias Maria Nemeth, Maria Jeritza, Lotte Lehmann, Eva Turner y Birgit Nelson, además de Joan Sutherland, Monserrat Caballé y Eva Marton.

Gioconda”, acompañó a Callas desde su debut y a ella se debe el nacimiento de su acelerada carrera, cuando fue contratada por La Arena de Verona, para representar este atractivo papel.

De la película de Pasolini
Un ballo in maschera”. Por los datos de que dispongo, no parece que fue el papel de “Amelia”, tan representado por Callas como otros. Quizás se deba a que no es demasiado destacado, desde un punto de vista dramático. Sin embargo, musicalmente hablando, constituye una gran partitura para una cantante. Debe tener, además, emociones vacilantes entre la fidelidad conyugal, y el amor.

Medea”, fue un papel que defendió Maria Callas en la esfera internacional, volviendo, a nuestros días, esta ópera de Cherubini, que estuvo olvidada durante muchos años. Ese renacer se dio en el Teatro alla Scala de Milán, ejerciendo de director musical, Leonard Bernstein. A pesar del arte de esta gran cantante y el esfuerzo que hizo para redescubrirla, la ópera no encontró lugar fijo en el repertorio escénico mundial, por más que su interés histórico sea grande.

La Anna de Callas
Anna Bolena”, se mantuvo durante más de veinticinco años después del estreno, en Londres y Paris. Pero en la segunda mitad del siglo XIX, desapareció totalmente de los escenarios. En 1947 se representó en el Liceu, por ser la ópera de inauguración de ese teatro, y conmemorarse los cien años de la apertura. Pero desde un punto de vista realista, fue la puesta en escena de La Scala de Milán, el 14 de abril de 1957, bajo la dirección de Gianandrea Gavazzeni, con María Callas en el papel protagonista, lo que marcó la verdadera recuperación de esa partitura, en la época contemporánea. Pero esto no supuso solo el descubrimiento de un título casi olvidado, puesto que con él comenzó lo que se ha venido en llamar “Donizetti renaissance”, y todavía algo más, porque este renacer, también se dio con el melodrama pro-verdiano.   

El alma del filósofo ú Orfeo y Eurídice”, es la última ópera de Haydn, que dejó incompleta. Durante largo tiempo durmió en el olvido. En 1951 se representó en Florencia, con María Callas y Boris Cristoff. Ha habido varios otros intentos más. El más reciente, el de Cecilia Bartoli, que ha ayudado a que esta extraña y conmovedora ópera, alcance un éxito tardío.

Callas, aparte de ser una extraordinaria soprano, fue también la que hizo revivir el género “belcantista” y la interpretación del verismo bajo su técnica. Gracias a ella y a las siguientes generaciones de cantantes, que siguieron su ejemplo, se consiguió dar un gran  estímulo al género lírico.

Hablemos, finalmente, de las grabaciones, en vivo y en estudio, que dejó para la posteridad, María Callas. Son en total sesenta y tres registros de óperas completas. Estas son las censadas pero imagino que habrá algunas más. Esa cifra, en cuanto a autores se desglosa así:

GRABACIONES de MARIA CALLAS por AUTORES
Rank
COMPOSITOR
Nº.
Grabaciones
1
Giuseppe Verdi
16
2
Vincenzo Bellini
11
3
Giacomo Puccini
9
4
Gaetano Donizetti
6
5
Luigi Cherubini
5
6
Amilcare Ponchielli
2
-
Resto (todos diferentes)
14
TOTAL GRABACIONES
63
      Esta distribución está en línea con el otro  cuadro del número de representaciones. El Ranking, en este caso, se lo lleva Verdi, quedando bastante próximo Bellini.

      Si contamos por personajes, ésta es la distribución:

PERSONAJES GRABADOS por MARIA CALLAS
Rank
PERSONAJE
ÓPERA
Nº.
 Grabaciones
1
Tosca
Tosca
8
2
Norma
Norma
6
3
Medea
Medea
5
4
Violetta
La Traviata
4
5
Lucia
Lucia di Lammermoore
4
6
Aida
Aida
3
7
Amelia
Un Ballo in Maschera
2
8
Elvira
Ernani
2
9
Gilda
Rigoletto
2
10
Gioconda
La Gioconda
2
11
Leonora
Il Trovatore
2
12
Rosina
Il Barbiere di Siviglia
2
13
Armida
Armida
2
-
Resto (todos diferentes)
19
TOTAL GRABACIONES

63


      “Tosca”, se coloca por delante de la “Norma” y sigue siendo “el oso de Busetto”, el que aporta más grabaciones,  quizás por tener un mayor número de obras en su catálogo.

      En cuanto a títulos, serían los siguientes:

ÓPERAS GRABADAS por MARIA CALLAS
Rank
ÓPERA
AUTOR
Nº. Grabaciones
1
Tosca
Puccini
8
2
Norma
Bellini
6
3
Medea
Cherubini
5
4
La Traviata
Verdi
4
5
Lucia di Lammermoor
Donizetti
4
6
Aida
Verdi
3
7
Un ballo in maschera
Verdi
2
8
I Puritani
Bellini
2
9
Rigoletto
Verdi
2
10
La Gioconda
Ponchielli
2
11
Il Trovatore
Verdi
2
12
Il barbiere di Siviglia
Rossini
2
13
Armida
Rossini
2
Resto Grabaciones
19
TOTAL GRABACIONES
63

      Sorprendentemente, su papel más mítico, lo grabó menos veces que el, sólo muy poco menos emblemático, de “Tosca”.

      Si tenéis interés, aquí está la clasificación por directores:

DIRECTORES de MARIA CALLAS en GRABACIONES
Rank
DIRECTORES
Nº.
 Grabaciones
1
Serafin
11
2
Votto
11
3
Karajan
5
4
Gui
4
5
Prêtre
4
6
Gavazzeni
3
7
Giulini
3
8
Picco
3
9
Resigno
3
10
Mugnai
2
11
Sabata
2
-
Resto (todos diferentes)
12
TOTAL GRABACIONES
63

Queda claro, quienes eran los directores, preferidos, de la Callas.
Por último, hago la segmentación por años de grabación:

GRABACIONES de MARIA CALLAS por AÑOS
Rank
AÑOS DE
GRABACIÓN
Grabaciones
1
1952
10
2
1953
8
3
1954
7
4
1955
7
5
1957
7
6
1956
4
-
Resto años
20
TOTAL GRABACIONES
63

      Corresponden, claro está, a los mejores de “la divina”. Si os fijáis, los años son consecutivos, aunque tengan distinto orden. Poco después, en 1959, se produciría la ruptura con su marido por Onassis y empezaría el declive vocal. A quien pueda interesar, tengo censadas en un cuadro las sesenta y tres óperas grabadas por Callas. Me ha parecido excesivo el incluirlo. No tenéis más que pedírmelo si lo deseais.

(*) Parte de la biografía, ha estado basada en wikipedia

5 comentarios:

V-scarlett dijo...

Muy precisa, e informativa tu publicación, encontré datos muy útiles de los que no tenía conocimiento, y realmente me interesaría mucho que publicaras el inventario que mencionas con las operas grabadas por la Callas.
Muchas gracias. Saludos.

Juanba dijo...

V-scarlett, te mando lo que tengo sobre el tema y espero te sirva. Un saludo

Juanba dijo...

No me había dado cuenta, hasta ahora, que no has dejado dirección. Si me la facilitas, te lo enviaré, porque publicarlo en el blog me parece excesivo. Saludos otra vez

Anónimo dijo...

Juanba, disculpa que tardara tanto en responder tu comentario. Te dejo mi correo para que me envíes esa información cuando tengas tiempo. Muchas gracias. Saludos
scarlett_852@hotmail.com

Unknown dijo...

Ella sí que era toda una dama, se me hace un personaje muy interesante, la vedad María Callas es de las mejroes voces que he escuchado y creo que las películas que existen la mejor es Callas Forever, me gusta esa etapa de su vida.