jueves, 1 de diciembre de 2011

MUSICOTERAPIA

Mucho se habla de los resultados beneficiosos que produce la música en los prenatales, los niños, los adultos, y se  cita al efecto Mozart, como algo extraordinario. Por todo lo que implica, me ha parecido un tema interesante para mi blog, y, voy a ver si soy capaz de desarrollarlo. A la aplicación de la música para conseguir un efecto, que mejore nuestro estado físico o mental, se le llama musicoterapia.

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, nos define esa palabra como “el empleo de la música, con fines terapéuticos, por lo general psicológicos”. En una especificación más amplia, debe partirse de esta premisa: considerar que la música, posee las propiedades de una droga, puesto que, puede estimular o reprimir, las funciones del cuerpo.

La música y nuestro organismo
Las diferentes composiciones, empleadas terapéuticamente, consiguen tratar los síntomas, pero no curar las enfermedades. Aunque la música ejerce su actividad en diferentes partes de nuestro organismo, su valor terapéutico principal, reside en la influencia que tiene sobre las emociones. Por eso se aplica, médicamente, como arma psicológica para ayudar al equilibrio de la persona. A continuación, se hace un resumen de los progresos que pueden obtenerse con la música, en el ser humano:
  • Mejora el metabolismo.
  • Baja la tensión.
  • Controla el pulso y volumen sanguíneo.
  • Da más energía muscular.
  • Facilita la respiración.
  • Aumenta las emociones.
    • Provocando o modificando  diferentes situaciones de ánimo.
    • Dando lugar a escapes emocionales.
    • Estimulando la confianza del individuo en sí mismo.
    • Elevando emocionalmente al ser humano.
    • Creando simpatías y haciendo a la persona más receptiva.
  • Equilibra el estado mental
·         Despertando la atención.
·         Alentando las facultades de asociación y la potencia imaginativa.
·         Sirviendo para superar depresiones psíquicas.
·         Aliviando el insomnio y la tensión nerviosa. 
·         Resultando eficaz en el tratamiento de enfermedades mentales.
·         Y desviando la atención del depresivo, disminuyendo su propia angustia.

Éstas son, en principio, unas cuantas de las funciones afectadas que pueden darse por la estimulación musical. Habrá, seguramente, más, pues no se trata de exponer un censo completo.
Origen
El uso de la música en el tratamiento de enfermedades, especialmente mentales, es más antiguo que la civilización. Brujos y hechiceros la utilizaron, no para curar a los pacientes, sino para transportarse ellos mismos, a una situación de éxtasis, que servía para impresionar a la tribu. Los poderes curativos de la música, fueron apreciados por egipcios y persas, y, también, durante la Edad Media.

Aplicaciones Médicas
Seguimos presentando en esquema, una serie de aplicaciones que ha tenido la Música en la Medicina:
·         En la I Guerra Mundial, se utilizó en las neurosis de guerra.
·         En la II Guerra Mundial, se usó en los hospitales como auxiliar del ejercicio físico.
  • Resulta complementaria con otras actividades terapéuticas.
  • Actúa como sedante durante la permanencia en cama.
  • Facilita la digestión.
  • Logra que cesen las peleas en psiquiátricos, utilizando música sedativa.
  • Mejora el comportamiento de los enfermos en la mesa, usando valses y piezas ligeras, durante las comidas.
  • Reduce el temor y el nerviosismo en las salas de operaciones, cuando los pacientes escuchan sus melodías favoritas.
  • Atenúa las molestias de la actuación  de los odontólogos, si los pacientes escuchan música con auriculares.
  • Puede apaciguar a maniáticos y estimular a depresivos.
  • Predispone el estado de ánimo, antes de aplicar hidroterapia.
  • Se obtienen excelentes resultados participando en actividades musicales.
  • La música, el baile, el canto o los instrumentos, sirven de válvula de escape emocional.
  • Puede tener éxito su aplicación, donde fracasa la palabra hablada.
Todo lo expuesto, referido a la ciencia médica, avala la importancia de la música en la estimulación de las personas enfermas. Pero hay que ser escéptico cuando se oye hablar de una curación milagrosa debida a la música. Aunque su trascendencia sea grande, no parece que pueda sanar a nadie. Sí ayuda, desde luego, a mejorarse.

La musicoterapia hoy
El Congreso Mundial de Musicoterapia, celebrado en París, en 1974, definió su especialidad como: “Una técnica terapéutica que utiliza la música en todas sus formas con participación activa o receptiva, por parte del paciente”. Mediante piezas musicales de diverso origen, se intenta curar o reducir problemas de salud. Este método se basa en el principio de que gran parte de las enfermedades, tienen su origen en el cerebro. Después, se focalizan en una parte del cuerpo, dando lugar a los síntomas de la enfermedad.

Con la musicoterapia, se intenta hacer llegar estímulos al cerebro, para conseguir la relajación y, así, atenuar los efectos que produce la dolencia. Se utilizan piezas musicales de diversas procedencias. Son melodías con las que se pueden obtener unos resultados sorprendentes. En los años cuarenta del siglo pasado, esta terapia, se aplicaba como rama de la medicina recuperativa. Conseguía efectos fisiológicos, afectivos y mentales, y contribuía a un equilibrio psicofísico de las personas.

Hoy en día, puede ir dirigida prácticamente a cualquier persona, pero  su mayor utilidad, es la de paliar los desequilibrios nerviosos. Influye, también, sobre el corazón y los pulmones. A continuación, se detallan los colectivos que principalmente usan y se benefician de esta terapia:
  • Enfermos psíquicos: Potencia su autoestima, su auto-identificación, ofreciéndoles la seguridad que necesitan. La repetición de una estructura musical determinada, alivia sus temores y aprenden a relacionarse.
  • Discapacitados físicos: Previene sus frustraciones e impulsa sus motivaciones, para alcanzar metas de rehabilitación. El dinamismo de la música ayuda a recobrar el ritmo físico en casos de una coordinación muscular defectuosa.
  • Drogadictos, en procesos de rehabilitación: Se les intercalan audiciones, improvisaciones, ejercicios de creatividad musical, etc.
  • Personas mayores: Preserva los mecanismos de memoria y recuerdos,  con melodías de su pasado, mientras se neutraliza su ansiedad.
  • Disminuidos auditivos: Simples vibraciones rítmicas, pueden ser un gran remedio, pues pueden llegar a sentirse, incluso, en la piel, los músculos y el sistema nervioso.  Instrumentos como el piano, el tambor y el arpa, son los más indicados para este tratamiento.
  • Otras: Actúa positivamente sobre casos de alcoholismo, tabaquismo, y la prevención de suicidios.
Las emociones viajan a través de la música que, la persona, interpreta o escucha. Las vivencias de cada uno, son únicas respecto a la música con la que han tenido contacto a través de sus vidas. Por eso, los sentimientos que evocan ciertas melodías son, también, únicos. Uno de los motivos más frecuentes por los cuales las personas acuden a musicoterapia, es el mejoramiento de los estados de ánimo. Según el médico y terapeuta, Juan José Lopera: “La música, bien empleada, puede facilitar el contacto con bloqueos emocionales concretos y producir la catarsis necesaria para la resolución del conflicto”.

El esquema básico de trabajo en esta disciplina contempla tres aspectos:
  • La Interacción positiva del paciente con otros seres.
  • La Autoestima, que se desarrolla con técnicas que provocan sentimientos de autorrealización, autoconfianza, autosatisfacción y mucha seguridad en sí mismo.
  • Y el empleo del Ritmo como elemento generador de energía y orden. Es la parte básica, dinámica y potente de la música. Orienta los procesos psicomotores y promueve la ejecución de movimientos controlados.
La influencia positiva y terapéutica de la música es un asunto complejo, condicionado por:

  • La estructura y las funciones del sistema nervioso central y el sistema neurovegetativo.
  • Las glándulas de secreción interna, los órganos internos y la disposición psíquica.
  • Todo ello se combina con la obra musical, que contiene, melodía, armonía, ritmo y timbre.
La música, puede movilizar o bloquear la sensibilidad emocional del sujeto afectando a su memoria, imaginación y representaciones mentales. El terapeuta, que utiliza la música como tratamiento,  debe saber, con exactitud, cuándo y cómo debe actuar.

En el momento en que se escucha una melodía, el cuerpo tiende a seguir el ritmo. No hace falta una concentración profunda en lo que está ocurriendo, sino que debe dejarse que se produzca. De esa manera, el efecto de la música se irá convirtiendo en una especie de masaje sónico, que ayuda a eliminar las tensiones, provocadas por una vida cotidiana cargada de estrés y ansiedad.

La herramienta sonora más poderosa, según muchos terapeutas del sonido, es el canto de armónicos. A través de nuestras propias voces, podemos proyectar a la parte enferma, la vibración  de resonancia correcta, y devolver su frecuencia normal.

Terapia hecha en Casa
Para aquellos interesados que quieran practicar la musicoterapia básica en casa, a continuación se relacionan algunas piezas, en las que se puede uno apoyar,  para determinados casos. Es la opinión orientativa, dada por un profesional en la materia: 


Padecimiento
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
Ansiedad
Mozart
Sinfonía Linz
K 425
Rodrigo
Concierto
de Aranjuez
-
Vivaldi
Las cuatro estaciones
-

Ansiedad: Se buscan piezas de melodía fácil y agradable, bien recibidas por el oyente.

Padecimiento
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
Depresión
Beethoven
Concierto
para violín
-
Dvorak
Sinfonía
Händel
Música acuática
-
Rachmaninov
Concierto
para piano
 nº 5

Depresión: Se usan fragmentos tristes que luego llegan a un tono más dinámico.

Padecimiento
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
Dolor de Cabeza
Listz
Sueño de Amor
-
Rimsky-Korsakov
Himno
al Sol
-
Schubert
Serenata
-

Dolor de Cabeza: Músicas ensoñadoras y románticas, propias del Romanticismo.

Padecimiento
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
Dolor de estómago
Haendel
Concierto de Arpa
-
Telemann
Música
para la Mesa
-
Vivaldi
Concierto de Oboe
-

Dolor de Estómago: Un tipo de música serena, ubicada, generalmente, en el barroco.

Función
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
Energéticas
(subida de Ánimo)
Elgar
Pompa y Circunstancia
Nº. 1
Faure
In Paradisum

Mozart
Marcha Turca

Obertura
Las Bodas de Fígaro
Pequeña Serenata Nocturna

Sinfonía Júpiter

Rossini
Obertura de Guillermo Tell
-
Sibelius
La suite Karalia
-
Tschaikowsky
Marcha Eslava

Serenata
para Cuerdas
48
Toselli
Serenata

Verdi
Marcha triunfal
Aida

Energéticas: Se escogen fragmentos que combinen partes lentas con otras rápidas e impactantes.

Función
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
Estimulantes
(Para dar Vigor Físico)
Boccherini
Minueto

Borodin
El Príncipe Igor

Mozart
Minueto
Don Giovanni
Wagner
Marcha nupcial
Lohengrin
Obertura
Los Maestros cantores
Obertura
Rienzi
Popular escocesa
Días Lejanos

Popular napolitana
Santa Lucía


Estimulantes: Son piezas muy sonoras y rotundas. Si fuesen personas, se diría que están seguras de sí mismas.

Padecimiento
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
Estrés
-
Escuchar fragmentos específicos, ayudado por profesional
-

Estrés: El profesional da a escuchar al paciente fragmentos musicales específicos, ayudándolo a contraatacar el efecto negativo.

Padecimiento
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
Hipertensión
Mozart
Serenata
en Sol Mayor
K 13
Vivaldi
Las cuatro estaciones
-

Hipertensión: El Barroco y el Clasicismo están indicados, siempre que se trate de composiciones serenas y tranquilas.

Padecimiento: INSOMNIO
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
Chopin
Nocturnos
9
nº 3
Chopin
Nocturnos
15
nº 22
Chopin
Nocturnos
32
nº. 1
Chopin
Nocturnos
62
nº. 1
Debussy
Preludio a la Siesta de un Fauno
-
Pachelbel
Canon
en Re
-

Insomnio: Se logra el efecto de dormir tranquilamente, aplicando música de instrumentos de cuerda, con ritmos suaves, semejantes a las canciones de cuna.

MUSICA PARA RELAJARSE
Autor de la
Música
Obra
Nº. Opus
-
Mezcla de sonidos naturales y electrónicos
-
Albinoni

Adagio


Juan Sebastian Bach
Largo de la suite en si bemol

Conciertos de Brandemburgo

Beethoven
Sinfonía heroica
Para Elisa

Sonata para piano      Claro de Luna

Brahms
Valses
39
nª. 15
Canción
de cuna

Chopin
Estudio para piano Tristeza

Debussy
El mar

Claro de Luna

Offenbach
Barcarola

Saint-Saens
Carnaval de los Animales

Schubert
Sinfonía inacabada


Ave María


Tchaikowsky
Sinfonía
Nº 6
Vivaldi
Concierto
para oboe

Wagner
Preludio
de Parsifal


Relajación: Se utiliza música que mezcle sonidos naturales y electrónicos.

Los musicoterapeutas, permanecen en constante investigación, y están al día en los padecimientos físicos y mentales de la sociedad, para hacer las terapias más específicas en cada caso.

Cuando se trata de un padecimiento severo o cuando no da resultados la terapia casera, habrá que acudir a un especialista. Debe tenerse como principio que, cuando una música provoque sentimientos negativos, es mejor no escucharla, por mucho que se la recomiende. Siempre queda la opción de buscar uno mismo la melodía que nos reviva el ánimo y el deseo de sonreír.

El Efecto Mozart
Tal y como todos entendemos, se define esta teoría, de un modo tan poco concreto, como “el beneficio que puede reportar, escuchar música de W. A. Mozart”. Fue invención de los estadunidenses, en los años noventa del siglo pasado. Hubo muchas investigaciones y se publicaron libros al respecto. Así fue como nació: “los yanquis, que son muy aficionados a las estadísticas, tuvieron la ocurrencia de enfrentar, en unos test de evaluación, a dos colectivos: uno, había  escuchado música del salzburgués, y el otro grupo no”.

El Resultado fue más elevado en los primeros que en los segundos. La razón obviamente, se la adjudicaron a Mozart. El New York Times, publicó los datos, con un título sensacionalista: “Serás más inteligente, si escuchas la música de Mozart”. Naturalmente, hubo un incremento de ventas que, a las casas de discos, les vino al pelo. En algunos estados americanos, se exigió, por ley, que en las escuelas oyesen a Mozart.

Hubo algún gobernador, que empleó dinero público, para que, cada niño, en la escuela, tuviese música mozartiana. Llegó la cosa a un punto en que, uno de los investigadores de la encuesta, dijo: “estarían mejor invertidos los fondos, en programas de educación musical”.

En 1993, una psicóloga y un neurobiólogo, hicieron participe a la sociedad norteamericana, de una prueba que habían realizado. Tomaron a treinta y seis estudiantes y, durante diez minutos, estuvieron oyendo “la sonata para dos pianos en re mayor K.448”. Después, los evaluaron, junto con otros que no habían oído la partitura.

El resultado fue, que Mozart había tenido efectos positivos en las pruebas de razonamiento. Su estudio se publicó en la revista Nature. Al amparo del efecto Mozart, se han creado comercialmente una serie de productos, entre ellos el "baby Mozart". Un par de años más tarde, estos dos científicos, indagaron,  aún más, con pruebas de inteligencia espacial: setenta y nueve jóvenes, a los que proyectaron dieciséis figuras de papel dobladas de diferentes maneras.

Debían adivinar, qué forma tendrían cuando se desplegaran. Durante quince días, un grupo escuchó la “sonata de Mozart K448”, otro hizo la prueba en silencio y un tercero escuchó mezclas de otros compositores. Los resultados fueron: el grupo de Mozart predijo un 62%, los otros dos, un 14% y un 11%.

La polémica estaba servida. Varios investigadores, trataron, sin éxito, de reproducir aquel efecto. Otros tuvieron ocasión de comprobar los resultados. Aumentó, así, el interés por las repercusiones de la música de Mozart sobre el cerebro humano. Según esta opinión, no se duda de que el efecto Mozart exista, aunque limitado, al razonamiento espaciotemporal.

Prescindiendo de estas consideraciones, sí que es verdad que la música de Mozart se emplea en un amplio abanico de lugares y momentos, como: hospitales, intervenciones quirúrgicas, fábricas, bibliotecas, etc., buscando relajarse,  concentrarse, memorizar, etc., según los casos. Pero esto no es nada nuevo, ya que es más que conocido.

Efecto en los no nacidos
De Don Campbell, consta en su currículo que es: músico profesional, crítico musical y autoridad mundial en el empleo sanador de la música. Dícese discípulo de Nadia Boulanger y fundador del Instituto de Música, Salud y Educación. Ha escrito varias obras sobre el tema. El curioso personaje, basándose en que el futuro bebé, reacciona a una gran variedad de sonidos dentro del útero- especialmente en los tres últimos meses-, propone que éste, sea inducido musicalmente por su madre, desde la etapa fetal. Sus investigaciones, aseguran que así  conseguirá estas ventajas:
  • Mejorará su crecimiento.
  • Aumentará su creatividad.
  • Será mayor, también, su desarrollo intelectual, físico y emocional.
  • Reforzará los lazos afectivos entre madre e hijo.
Este buen hombre, asegura, asimismo,  que esa incitación, ha de ser con la música de Mozart, o, al menos, la de su época, porque otro tipo de melodías, no conseguirían efecto alguno. Las obras del genio de Salzburgo, producen un efecto dual, que beneficia enormemente a los bebés: los relaja y los mantiene atentos al mismo tiempo, siendo este el mejor estado para el aprendizaje. Sigue opinando Campbell que la situación, debe prolongarse durante los primeros cinco años de vida.
El objeto de esta terapia, sería conseguir seres más inteligentes y emocionalmente sanos. No obstante, debe tenerse cuidado de no saturar el proceso. La música al igual que otros ejercicios de estimulación, debe ser dosificada; no más de diez minutos, dos veces al día.

No se sabe que habrá de verdad en toda esta teoría, pues creo que no está probada suficientemente. Pero, para aquellas madres gestantes, yo me atrevería a aconsejarles que, por si acaso, efectuaran esta estimulación musical, compartiéndola con el feto.

También en los adultos
Siguiendo con Campbell, en los adultos, Mozart y otros autores de la época, provocan estados de relajación y estimulan la inteligencia.

En 2003, la revista Nature publicó una investigación de la Universidad de California, que reforzaba la idea. Concluía diciendo que, solo diez minutos de una sonata para piano de Mozart, bastaban para mejorar nuestro razonamiento espacial.  

En 2007, financiado por el Ministerio Alemán de Investigación, se realizó un estudio-análisis de toda la literatura científica relacionada con música e inteligencia. Concluía así: “escuchar pasivamente la música de Mozart —o cualquier otro tipo de música del agrado de uno— no hace a una persona más inteligente”.

Otros estudios se han realizado sobre el particular:
A.   En mayo de 2010, un equipo de científicos de la Universidad de Viena, comprobó la influencia de la música de Mozart en tres mil personas.
B.   Los resultados no registraron ningún incremento en la inteligencia de los que habían sido estimulados con música.

También se han apuntado casos de personas con diversas enfermedades psiquiátricas, que han mejorado con Mozart.

Final
Desde 1993, se ha pensado que el “Efecto Mozart”, era un método efectivo para incrementar el intelecto de los niños. A lo largo de dieciocho años, sirvió para montar toda una industria sobre el tema, con un negocio potencial grande, que da muy buenos beneficios, por venta de grabaciones de música clásica para bebes y adultos, programas de ordenador y juguetes didácticos, para estimular la inteligencia, etc. Hoy este efecto, se define como un mito, por parte de expertos neurólogos. El doctor, Sergio Mora, del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile, matiza sobre el particular: “No se trata de que los niños sean más inteligentes, si escuchan música, sólo se predisponen mejor para el aprendizaje”.

Hemos comentado ya, la influencia positiva de la música en ciertas dolencias y actividades. En el campo docente, mejora el razonamiento espacio-temporal del alumnado. Una composición de Mozart o de cualquier otro genio de la música, puede ayudar, por ejemplo, con las matemáticas u otras asignaturas.

Se dice también que, exponer a un bebé, a un programa didáctico de ordenador, le ayudará a estimular su cerebro, incrementando sus aptitudes. El cerebro va creando nuevos vínculos neuronales,  gracias a la estimulación cerebral, que puede hacerse cuando somos pequeños, mayores u ancianos. Esto es así dada la flexibilidad que tiene, para seguir creando nuevas conexiones neuronales. Por tanto, estimular a los pequeños, sí, pero no se incrementan más por eso sus aptitudes. No obstante, hay otras posibilidades de estimulación intelectual: enseñarles a incrementar su sociabilidad, así como a curiosear y a descubrir cosas.

Sir Thomas Beecham
Para terminar, dos citas sobre la música. “Si yo fuera un dictador, obligaría a cada persona, entre los cuatro y los ochenta años de edad, a escuchar a Mozart durante un mínimo de quince minutos al día, al menos durante cinco años”. Muy curiosa esta cita del director de orquesta inglés, Sir Thomas Beecham (1879/1961).

La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor, sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso”  del compositor y pianista, Franz Liszt (1811-1886).

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